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Educa & Aplica: Hablemos de Pegajosidad

Metin Ozsobaci· diciembre 28, 2020

¿Recuerda cuando era niño, y sacaste el tarro de miel?

 

Si vives en el sur de los Estados Unidos, es posible que haya rociado este dulce manjar sobre un panecillo caliente untado con mantequilla o lo haya disuelto en una rica taza de té...

 

¡Se hace agua la boca de solo pensarlo!

 

El panecillo – y la mezcla de miel y mantequilla – se derrite en la boca, pero es difícil separar los dedos al terminar de comer el panecillo ¡porque la miel pegotea todo!

 

Y esa es una manera genial de comenzar a pensar sobre la pegajosidad.

 

La miel es pegajosa. Se pega en cualquier superficie que toca de manera instantánea, pero ¿eso significa que podemos empezar a usarla para colgar cuadros de la pared?

 

¡Lamentablemente no! Pero… ¿por qué no?

 

Más allá del lío que se armaría y del viejo dicho “puedes atrapar más moscas con miel que con…” ¡No funciona como adhesivo!

 

¿Por qué? Porque carece de dos de los tres elementos principales de un adhesivo adecuado: adhesión y cohesión. En otras palabras, es pegajosa, pero la miel no tiene el poder de mantener nada que tenga peso, ni siquiera el papel, sobre una superficie (adhesión) y carece de la resistencia interna para mantener cosas unidas (cohesión). Independientemente de lo dulce que pueda ser la idea, si tratamos de colgar cuadros en la pared con miel, se van a caer de inmediato.

¿Qué es la pegajosidad?

Es el tercer elemento principal del triángulo adhesivo, y, comienza con la pegajosidad; como la miel.

 

Pero va más allá de eso...

 

La pegajosidad es la propiedad de un adhesivo que le permite formar una unión de resistencia medible cuando el adhesivo y el substrato entran en contacto a baja presión.

 

La baja presión es el factor clave aquí. Queremos un adhesivo que se una a un sustrato de inmediato sin tener presión extra sobre él. Esa es la pegajosidad.

Es lo que sucede cuando un adhesivo entra en contacto por primera vez con una superficie con la que se debe unir.

Hay alta pegajosidad, por ejemplo, cuando una presión y un contacto mínimo producen una unión muy fuerte; y hay baja pegajosidad, cuando un adhesivo necesita un poco más de presión de aplicación para extenderse sobre la superficie del sustrato y crear una unión fuerte.

 

¿Cuándo es importante la pegajosidad?

 

Le pedimos a nuestro equipo de investigación y desarrollo que nos ayude a explicar cuándo es importante la pegajosidad para las aplicaciones de cinta adhesiva.

 

De inmediato, pensaron en las cintas de empalme que se utilizan en la producción de papel, porque estas cintas son un gran ejemplo de la importancia de la pegajosidad en las aplicaciones adhesivas.

 

En los procesos de producción que usan grandes rollos de papel, el papel viene en bobinas de mucha longitud. ¡Hablamos de bobinas con miles de metros! Y cuando los fabricantes desean hacer productos usando el papel, necesitan muchos rollos. Pero, simplemente no pueden parar la máquina para cambiar los rollos; ¡es muy lento y cuesta demasiado dinero!

 

Entonces, ¿qué hacen?

 

Usan un proceso denominado “producción rollo a rollo” y empalman sin interrumpir el proceso. ¡Qué nervios, ¿no?!

 

Para mantener la línea de producción en movimiento, usan cintas especiales con alta pegajosidad para empalmar el extremo de un rollo de papel con el comienzo del nuevo rollo, ¡sin detener el proceso!

 

Veamos esto. Durante el proceso de empalme, la cinta adhesiva tiene solo milisegundos para adherirse bien. Estas máquinas pueden funcionar a 1829 metros por minuto (6000 pies por minuto) y la clave del éxito es tener una cinta con alto nivel de pegajosidad para crear una unión inmediata.

 

¿Cómo medimos la pegajosidad?

 

Pero ¿cómo sabemos si un adhesivo tiene pegajosidad?, ¿cómo podemos crear una unión fiable a esa velocidad?

 

Volvamos por un minuto a los conceptos de alta pegajosidad y baja pegajosidad… Es posible que se esté preguntando cómo medimos la pegajosidad y cómo sabemos si un producto tiene alta o baja pegajosidad.

 

Tiene razón que es importante y tenemos distintas maneras de medirla, dependiendo del tipo de cinta.



La prueba de rodamiento de balín: -Una manera sencilla de medir la pegajosidad es haciendo rodar un pequeño balín metálico limpio y seco sobre un plano inclinado donde se encuentra la cinta con la cara adhesiva hacia arriba. Medimos la distancia que recorre el balín sobre el adhesivo y le damos una designación general de pegajosidad según la distancia recorrida. Cuanto más corta es la distancia recorrida, mayor es la pegajosidad. Bastante simple, ¿verdad?



• Prueba de lazo: -En esta prueba tomamos una cinta de una sola cara y formamos un lazo con la cara adhesiva hacia fuera. El lazo se cuelga de una de las probetas de medición dentro de un equipo de pruebas de manera tal que la muestra quede suspendida como una lágrima. . Ponemos este lazo o lágrima de muestra en contacto con un substrato de acero, polietileno o polipropileno, etc. durante un tiempo realmente breve, milisegundos. Cuando tratamos de quitar la muestra del sustrato, vemos cuánta fuerza se necesita para desprender el adhesivo del sustrato o del panel y esto nos permite medir el pegado inicial. Un poco más complicado, quizás, pero igualmente confiable. Puede hacer la misma prueba en su hogar con cualquier cinta. Haga un lazo pequeño y deje caer rápidamente el lazo con la cara adhesiva hacia abajo contra la mesa y quítelo rápidamente. ¿Se pega de inmediato? Si el lazo se pega rápidamente, ¡tiene una alta pegajosidad! ¿Parece que nunca tocó la mesa? ¡Primero, inténtalo de nuevo! ¿El mismo resultado? Esa cinta probablemente tenga baja pegajosidad.

Método de la punta de prueba: - Esta prueba es exactamente lo que su nombre implica. Usamos una punta de prueba, que puede ser una esfera o un cilindro de diversos materiales como acero inoxidable, aluminio o plástico; la ponemos en contacto con la superficie adhesiva a una velocidad, un ritmo y una presión controlados, después medimos la fuerza de separación que usamos para retirarla a una velocidad específica.

Hay otros métodos para medir la pegajosidad en materiales flexibles específicos, pero en general son métodos de prueba no estandarizados solo para sustratos particulares.

 

Normalmente, no asignamos un valor numérico a la pegajosidad, dado que cada prueba es subjetiva de alguna manera, entonces, le damos una clasificación más amplia a la pegajosidad. Por ejemplo, una clasificación puede ser +, o, - o podemos usar texto y designarla como pegajosidad alta, media o baja. La clasificación y el estilo dependen del producto, del mercado y de la región donde se prueba el elemento, pero la intención es la misma: probar con qué rapidez se pega el producto.

 

Esperamos que este artículo le permita entender qué es la pegajosidad, cuándo es importante y cómo medirla. Si tiene alguna pregunta, no dude en comunicarse con nosotros. A nuestros especialistas de turno siempre les encanta hablar de cintas. ¡Y de la pegajosidad!

 

Y la próxima vez que tome un tarro de miel, ¡recuerde lo que conversamos hoy!

 

Si desea más información sobre opciones de adhesivos con alta y baja pegajosidad, comuníquese con nosotros.